Las stablecoins fueron el momento "ajá", pero están en camino de convertirse en un producto puro. Una vez que la emisión se convierte en un producto básico, la ventaja real proviene de lo que se hace con el capital: cómo se genera rendimiento y se gestionan los flujos. Ahí es donde los modelos centrados en el trading como Ethena sacan provecho de su ventaja. La siguiente frontera es la especialización: Establos respaldados por IA que están vinculados al futuro de la infraestructura, como estamos empezando a ver con USDAi. Establos de aprovechamiento de capital como el MUSD de Mezo, que funcionan como una línea de crédito contra su BTC. Los productos basados en CDP han existido desde los primeros días de DeFi, pero el mercado ha ignorado en gran medida su caso de uso más práctico: desbloquear liquidez de garantías de alta calidad que de otro modo estarían inactivas. No siempre se trata de perseguir el mayor rendimiento; se trata de satisfacer una necesidad financiera real. Bitcoin sigue siendo el activo colateral digital más prístino. En un futuro de hiperbitcoinización, las stablecoins respaldadas por BTC serán una parte central de la pila financiera, sirviendo como instrumentos confiables y líquidos construidos sobre la sólida garantía.
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