Aleksey Reznik, Jacobs 16/10/2025 Comencé mi carrera en el tratamiento de aguas residuales a finales de la década de 1970 y más tarde me convertí en gerente de planta. Pensé que entendía los sistemas complejos hasta que comencé a trabajar con AI. Algunos asumen que instalas AI y te alejas. Así no funciona: nada es libre de mantenimiento. Incluso con tecnología avanzada, seguimos dependiendo de la experiencia y el juicio de nuestros operadores para que funcione de manera efectiva. Nuestro equipo ayuda constantemente al sistema a aprender sobre nuestras condiciones, equipos y procesos únicos. La AI puede entender química, pero mi equipo entiende esta planta. Durante la construcción, cuando dos de nuestros ocho estanques estaban fuera de servicio, pausamos su uso hasta que las condiciones se normalizaran. La AI necesitaba condiciones estables para rendir al máximo. Saber cuándo dar un paso atrás y cuándo avanzar es parte de la gestión de sistemas inteligentes. Nuestra instalación en Delaware atiende a medio millón de personas, por lo que la fiabilidad y la seguridad debían ser lo primero. Continuamos con llamadas semanales con nuestro socio de AI, enviándoles actualizaciones para que el algoritmo pueda ajustarse según la experiencia en el campo. Es una verdadera asociación con humanos en el circuito. Los operadores también están aprendiendo. Ahora toman decisiones informadas por décadas de datos, no solo por instinto. Los datos ayudan a validar decisiones y mejorar la confianza. Anteriormente, tomábamos muestras manuales cada ocho horas para evaluar y ajustar el flujo de aire caminando alrededor de los estanques de aireación. Ahora, los sensores proporcionan lecturas casi continuas, lo que nos permite actuar antes de que surjan problemas. El sistema también nos ayuda a operar el equipo de manera más eficiente: reduciendo el uso de sopladores, disminuyendo el desgaste y minimizando el reemplazo de piezas. Eso contribuye realmente a la fiabilidad y efectividad a largo plazo de la planta. Hemos aprendido que los mejores resultados provienen de personas y tecnología trabajando juntas: la AI aprende de nuestra entrada, y nosotros aprendemos de sus conocimientos. Juntos, estamos construyendo algo más fuerte de lo que cualquiera podría lograr por separado.