Bitcoin puede entenderse como un "reservorio de ahorro" global para el exceso de capital: cuando los tipos de interés son bajos, la liquidez abundante y las inversiones reales con un alto ROIC esperado son escasas, los ahorros migran a Bitcoin porque es una escasez finita, una red global de código abierto digital con un suministro fijo de 21 millones. Con el tiempo, más monedas son poseídas por titulares a largo plazo, empresas, ETFs y gobiernos; tratan el BTC como una reserva estratégica en lugar de un inventario de trading. Eso hace que la oferta efectiva en circulación sea muy inelástica: la nueva demanda debe reflejarse principalmente en un precio fiduciario más alto, no en nuevas monedas que salen al mercado. Cuando las condiciones se invierten y los tipos suben o el apetito por riesgo cae, entonces los especuladores venden, pero grandes grupos de ahorradores a largo plazo no; Una gran parte del capital que entraba se asentaba. Esta asimetría es lo que crea un "raquete" en el tipo de cambio de bitcoin: las caídas profundas son comunes, pero los suelos post-crash tienden a situarse por encima de los mínimos de ciclos anteriores.