Una vez más, la realidad se adelanta a la sátira política más oscura que podría considerar escribir. He contemplado ocasionalmente escribir una alegoría cómica oscura en la que los negros de clase baja comienzan a comer literalmente a los blancos, y luego son excusados por el habitual elenco de idiotas políticamente correctos con "parte de su cultura, ¿no lo sabes?". Lo habría intentado como un comentario sobre el hecho de que en el mundo real muchos de ellos, de hecho, viven consumiendo la sustancia de los productivos. No había escrito esta sátira porque creo que el problema subyacente no es realmente racial. Se trata realmente de la creciente brecha en el coeficiente intelectual promedio y la preferencia temporal entre los productivos y los dependientes. La raza y el color de piel no son las variables impulsoras, solo indicadores correlacionados. Esto, sin embargo. Esto... ¡Maldita sea, realidad! ¡Deja de intentar convertirme en un racista!