Una vez, yo también fui víctima de acoso escolar. Vine de una zona montañosa empobrecida en el oeste a una escuela local en la costa este, y sufrí mucho acoso y humillación, sintiéndome como si viviera en un estado de asfixia, sin luz en mi vida. Cada domingo, al regresar a la escuela, mis pasos eran pesados, como si entrara en una prisión. Esta vida inhumana duró tres o cuatro años, y toda mi adolescencia fue gris, sin un atisbo de la alegría y vitalidad que debería haber tenido. Luego, crecí un poco, me volví más astuto, más adaptable, más inteligente, y me integré en su grupo, convirtiéndome en parte de los que acosan a otros. Aún me siento profundamente culpable y avergonzado por ello. El ambiente de esa época era tan malo que si no te integrabas, no "ascendías", no eras lo suficientemente frío y no tenías la capacidad de protegerte, eras un extraño. ¿De quién es la culpa de esta atmósfera escolar? Por mucho que hable, soy tanto víctima como agresor, no tengo derecho a condenar a los demás, me siento muy avergonzado.