Los hombres producen gran parte del excedente necesario para sostener la infancia única y larga y costosa en energía que tenemos los humanos. En muchas otras especies animales existe un argumento real de que los machos no contribuyen. Pero no en humanos.

Por supuesto, también está la innovación tecnológica, que es un cambio radical, especialmente tras la revolución industrial. Mi publicación dice: incluso mirando a los humanos en la Edad de Piedra, la acusación no es cierta.