Acabo de terminar una videollamada con Mohammed. Un momento surrealista. Me dijo que había visto el vídeo mío rebuscando en los cajones de su habitación, jaja. Le pregunté si tenía idea del esfuerzo para liberarle; Él dijo que no. Literalmente no sabía nada de lo que ocurría en el mundo exterior. No sabía que la "guerra" había terminado. Ni siquiera supo que iba a salir hasta dos horas antes de su liberación. Está bastante demacrado y su estómago sigue demasiado encogido para comer mucho. Parece que está un poco en shock y todavía se está asentando en que es libre. Aunque muchas sonrisas. Desde que salió el jueves, solo ha salido de casa dos veces: (1) Visitar la tumba de su primo hermano, Sayfollah, que fue golpeado hasta la muerte por colonos mientras Mohammed estaba en prisión — algo que solo supo después de ser liberado. (2) Visitar a la familia de Walid Khalid Abdullah Ahmad, su amigo y compañero de celda de 17 años, que se desplomó y murió delante de él en prisión por una combinación de hambre, deshidratación por diarrea causada por colitis no tratada y enfermedad infecciosa no tratada. Dice que las próximas visitas serán a las familias de otros niños con los que entabló amistad en prisión. Y sí, mi madre se unió a la llamada (y lloró). ¡Nos veremos en persona pronto!