Los investigadores están acostumbrados a contar los artículos publicados como una medida de la destreza científica de un país, con China subiendo rápidamente cerca de la cima, pero el aumento de las "fábricas de papel", las revistas de baja calidad y la presión del gobierno chino para publicar lo hacen sin sentido. Demasiados de esos papeles son basura.