Apostaría a que para cuando los humanos se establezcan en Marte y la actividad económica ya comience allí, las computadoras cuánticas aún no habrán descifrado secp256k1. En lugar de perder el tiempo preocupándose por la computación cuántica, tiene mucho más sentido pensar en cómo hacer que Bitcoin sea tolerante a la latencia, para que pueda servir a una civilización interplanetaria.