Algunas de las mentes más brillantes que conozco en este espacio son las que menos comercian. A menudo utilizo la analogía de una leona, esperando para atacar, acechando, esperando constantemente, hasta que se presenta el momento más oportuno. Una habilidad perfeccionada para preservar sus recursos y capitalizar - solo cuando el momento es el adecuado. Esta analogía me ha servido bien a lo largo de los años para mantener una postura de estricta y firme resolución, en momentos en los que la disciplina podría haber flaqueado. Hay gran habilidad y sabiduría en esperar. Aquellos que entienden, tienden a prosperar.