El documento de 166 páginas de la Casa Blanca, "Fortaleciendo el Liderazgo Americano en Tecnología Financiera Digital", que fue publicado ayer, es el último clavo en el ataúd de las dañinas políticas de activos digitales de Biden. Es una afirmación significativa de la intención de EE. UU. de liderar en tecnología blockchain. Es un plan, un llamado a la acción, un conjunto de principios orientadores, un manifiesto educativo y un modelo de referencia que perdurará durante años. He desglosado algunos de sus pilares clave y el impacto esperado:

Se enfatizaron cinco pilares fundamentales: 1. Protección del acceso legal a las blockchains públicas – incluyendo los derechos a desarrollar software, transaccionar libremente, custodiar activos por cuenta propia y minar o validar sin interferencias ilegales. 2. Defensa y promoción de la soberanía del dólar estadounidense – acelerando el uso legal de stablecoins respaldadas por el dólar mientras se rechazan las monedas digitales centralizadas como las CBDCs. 3. Acceso justo a servicios bancarios – para negocios de criptomonedas que cumplen con la ley. 4. Marcos regulatorios claros y neutrales en tecnología – que apoyen la innovación abierta y una autoridad jurisdiccional bien definida. 5. Prohibición de las CBDCs – citando preocupaciones sobre la vigilancia financiera y el riesgo soberano.

Seis áreas de impacto esperadas: 1. Crea certeza regulatoria para desarrolladores de billeteras, mineros y usuarios de peer-to-peer, fomentando la innovación nacional en lugar de la migración offshore. 2. Permite que los intercambios, protocolos DeFi y lugares institucionales con sede en EE. UU. operen legal y competitivamente en el país, evitando el arbitraje regulatorio. 3. Reinserción de negocios de blockchain en el sistema bancario tradicional, desbloqueando financiamiento, nómina y servicios de infraestructura. 4. Posiciona a las stablecoins respaldadas por USD (por ejemplo, USDC, PayPal USD) como las principales vías de pago digital en todo el mundo, contrarrestando el yuan digital de China y el autoritarismo de las CBDC. 5. Fortalece la seguridad nacional y el cumplimiento mientras preserva las libertades civiles de los desarrolladores, constructores y usuarios de EE. UU. 6. Reduce la ambigüedad legal, simplifica las obligaciones de reporte y mejora el cumplimiento fiscal sin penalizar la innovación.