Sinceramente, no puedo enfatizar lo suficiente lo terribles que son las mesas redondas. Pasé una semana usando uno con un portátil, y todo mi cuerpo se torció tanto que no encuentro los ángulos adecuados para la silla y el monitor, ni la postura con la que me siento cómodo en casa. Si buscas una habitación o un piso cuando viajas, NUNCA te enamores de mesas redondas bonitas.