Si ganara 69 millones de dólares, no sé si seguiría apareciendo todos los días. Es fácil decir que lo haría, pero él sí lo hace. Ese hombre no habla de ética de trabajo, simplemente la hace con la práctica. Sin latidos en el pecho, sin discursos motivacionales, solo una producción implacable. Cobró el cheque más grande de la historia de los NFTs y sigue actuando como si le debiera algo al espacio. Eso es raro. Eso mola. Por eso es Beeple. Puedes gustarte o no su arte, pero no puedes negar el amor que siente por este espacio. Y eso es una puta motivación.