Mi salud mental no empezó a mejorar hasta que dejé de competir con todos a mi alrededor y empecé a competir conmigo mismo. Para los creadores aspirantes, la competencia es una de las mejores herramientas para generar impulso, pero es igual de peligrosa para tu percepción de la realidad. La comparación es la ladrona de la alegría y he aprendido que despertar con una mentalidad competitiva también te roba a ti. Esta es la vez que he estado más feliz y segura de mí misma, solo quería aprovechar para que cualquiera que maltrate su alegría sepa que no está solo.