Lamassu – El Espíritu Guardián de Asiria – desenterrado de las ruinas de la antigua ciudad de Dur-Sharrukin (actual Khorsabad, Irak 🇮🇶). Formada por enormes bloques de piedra caliza y que en su día se colocó en las puertas de palacios de ciudades como Nimrud o Khorsabad, representa un espíritu protector que combina inteligencia humana, la fuerza de un toro y la vigilancia de un león. Esta colosal escultura de piedra caliza data del siglo VIII a.C., durante el reinado del rey Sargón II de Asiria. Conocido como Lamassu, combina el cuerpo de un toro o león, las alas de un águila y el rostro de un humano, una encarnación de fuerza, divinidad y sabiduría. De pie en las puertas de palacios y templos, Lamassu servía como protector divino, ahuyentando el mal y el caos. Sus cinco patas estaban talladas para parecer perfectamente equilibradas tanto de frente como de lado, una magistral ilusión de movimiento y potencia. Los intrincados rizos de la barba y las plumas revelan la artesanía inigualable de los antiguos artesanos mesopotámicos. El coloso se eleva con intrincados rizos en su barba, alas estilizadas y poderosas extremidades, su superficie mostrando marcas tanto del cincel del escultor como del abrazo secular de tierra y piedra. La erosión ha suavizado algunos detalles, pero la escala monumental y la precisión de la estatua siguen siendo inconfundibles. Para los arqueólogos, tal hallazgo ilumina la ideología religiosa asiria, la propaganda real y la grandeza arquitectónica de un imperio desaparecido. De pie junto a él, los trabajadores parecen pequeños, casi espectrales, como si ellos también hubieran entrado momentáneamente en el mundo antiguo. La mirada calmada e inamovible del Lamassu crea una paradoja silenciosa—aunque enterrada durante milenios, sigue cumpliendo su deber como guardián en cuanto resurge. En esta escena congelada, pasado y presente convergen, recordándonos que la historia nunca duerme del todo; Espera bajo tierra, listo para levantarse cuando manos humanas y curiosidad finalmente lo llamen de nuevo a la luz. Excavado en el siglo XIX por arqueólogos occidentales, este guardián aún hoy inspira asombro: su mirada silenciosa une lo antiguo y lo eterno, recordándonos que incluso la piedra puede llevar el espíritu de protección a través de milenios. #drthehistories