Acabamos de terminar nuestro mejor cuarto de la historia. Lo curioso es que fue porque comenzamos a decir que no. No a los proyectos desalineados. No a los plazos apresurados. No a un cliente más. Y de alguna manera... Esto hizo que más empresas quisieran trabajar con nosotros. ¿El resultado? Trabajo más fuerte. Clientes más felices.