Desde que escuché los comentarios del presidente sugiriendo que Estados Unidos compraría carne de res de Argentina, he estado en contacto con su administración y mis colegas para buscar claridad y expresar mis profundas preocupaciones. También he estado haciendo sonar la alarma sobre el sombrío estado de nuestra economía agrícola y los impactos negativos que enfrenta la industria agrícola de Nebraska, el motor económico de nuestro estado. En pocas palabras: si el objetivo es abordar los precios de la carne de res en la tienda de comestibles, este no es el camino. En este momento, la intervención del gobierno en el mercado de la carne de res perjudicará a nuestros ganaderos. Estados Unidos tiene carne de res segura y confiable, y es el único punto brillante en nuestra economía agrícola en dificultades. Los ganaderos de Nebraska no pueden permitirse que les quiten la alfombra debajo de ellos cuando recién están avanzando o simplemente alcanzando el punto de equilibrio. Recomiendo encarecidamente a la administración Trump que se centre en acuerdos comerciales que beneficien a nuestros productores agrícolas, no en importaciones que harán más daño que bien.