$DOG nunca tuvo la intención de ser una moneda más, sino que estaba destinada a demostrar un punto. Ese valor no necesita un fondo de riesgo para existir. Esa cultura puede ser más poderosa que el código. Que una comunidad, alineada por creencias, no por ganancias, puede construir algo imparable en la red más segura que la humanidad haya creado. Construido desde cero, sin una hoja de ruta ni información privilegiada, DOG es más que un meme: es un experimento vivo de lo que sucede cuando la descentralización y la cultura chocan. Y $CBLO no está aquí para mirar desde la barrera. Estamos aquí para construir el puente que conecta este movimiento con el mundo del capital, los mercados y la escala, transformando $DOG de una idea a una institución. Este no es un momento en la historia de las criptomonedas. Es el comienzo de una revolución cultural y financiera, y aquellos que lo vean ahora serán los que den forma a lo que viene después.