Sería un flaco favor al mundo si no documentara lo que hemos aprendido a través de nuestro viaje en @Claynosaurz. La narración de historias está atrofiada. Eso es obvio. ¿Pero por qué? Antes de los mega estudios, la televisión y el cine, la narración de historias no era un negocio, era parte de la experiencia humana. Las historias se contaron a través de generaciones, entre amigos y en todas las comunidades. El pegamento que nos unió. Era arte antes que negocios, recompensado a través de las emociones que transmitía dentro de nosotros, desde la risa hasta las lágrimas. La gran industria sostuvo la antorcha mientras pudo, pero ya no puede. La búsqueda de ganancias no solo ha atrofiado a los narradores modernos, sino que ha abusado, extraído y vaciado sus corazones. No porque haya malas personas o intenciones, sino porque el sistema está roto y construido demasiado grande para ajustarlo. Reavivaremos el advenimiento de la narración y empoderaremos a los creadores que deben ser escuchados. Nadie más puede. Las historias de calidad que el mundo tanto necesita y el éxito comercial pueden coexistir. Estén atentos.