Hace unos días, tomé el mayor riesgo de Tokabu desde que lanzamos: le mostré nuestro mundo a mi sobrina de 10 años. Los niños no endulzan nada. Su opinión es cruda, inmediata e impulsada por sentimientos puros. Sabía que no mentiría para evitar mis sentimientos, lo que lo hizo aún más aterrador. Estaba a punto de obtener una respuesta muy real a una pregunta que me ha estado persiguiendo por un tiempo: 🟡 ¿Es Tokabu lo suficientemente fuerte como para atrapar el corazón de alguien a quien no le importa el juego en absoluto? ¿Y si ella dijera que Tokabu era feo? ¿Raro en el mal sentido? ¿Aburrido? ¿Qué pasaría si todo lo que construimos no hiciera clic fuera de las criptomonedas o de los adultos persiguiendo la suerte? Todo se sentía separado. Porque le encantaba. Primero le mostré nuestro pfp. Ella sonrió al instante. "Es gracioso", dijo. "¿Por qué su pierna está así?" Le dije que Tokabu es un espíritu libre. No camina derecho. No sigue las reglas. Simplemente siente su camino por la vida. Y que cuando algo dentro de ti dice que vayas a la izquierda en lugar de a la derecha, esa sensación en tus entrañas, podría ser Tokabu, empujándote suavemente en la dirección correcta. Luego le mostré los diseños de los juguetes. Ella los quería todos. Algunos memes, se rió. Algunos otros productos 👀 inéditos, se iluminó. Ella no entendía la apuesta, pero entendía el espíritu. Porque la vida no espera a que seas adulto para volverse confusa. A veces, incluso los niños se sienten atrapados entre opciones, abrumados por las emociones, inseguros de lo que viene después. Y cuando le dije: "Siempre que no sepas qué hacer, sigue tu instinto. Tokabu te vigilará. Y pase lo que pase, estarás bien". Algo hizo clic en ella. Como si se sintiera protegida. Visto. Fue entonces cuando entendí que Tokabu realmente no tiene límites. Porque no es solo una historia sobre juegos de azar. Se trata de intuición. Sentir el espíritu, creer sin cuestionar. Los adultos tienen máquinas tragamonedas, fichas de póquer, tarjetas rasca y gana. Los niños tienen miedo, dudas y grandes emociones que no siempre pueden explicar. Ambos están tratando de encontrar su camino. La diferencia es que si un niño puede sentir Tokabu, entonces cualquiera también puede sentirlo. El final divertido de esta historia es que su padre, un siempre escéptico, se acercó a la mesa con tres tarjetas rasca y gana de 5 € y bromeó: "Veamos si tu Tokabu es real". Ganamos 150 €. No creo que Tokabu te haga ganar. Pero creo que aparece justo cuando lo necesitas. Para niños. Para adultos. Para cualquiera que alguna vez se haya sentido perdido, emocionado, asustado o listo. Tokabu es real. Más que un meme, Tokabu es una marca. Más que una marca, Tokabu es un espíritu. Y pronto, estará en todas partes, no porque lo obliguemos a estar allí, sino porque ya está allí. En todos nosotros.
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