Mucho del disfuncionamiento político es simplemente una función de que el sistema político no necesita funcionar para que la economía y la sociedad sigan avanzando, excepto en casos muy raros. Lo que la política hace entre estos momentos es saciar la sed del público por entretenimiento.

Es agradable tener legisladores serios, pero en realidad no *los necesitas* si no necesitamos aprobar nuevas leyes con mucha frecuencia. Esto es en realidad un signo de resiliencia y salud social en lugar de decadencia institucional.