Las personas que te ayudan a ganar dinero y te enseñan a progresar son tus verdaderos benefactores. Lo que limita tu desarrollo no es tu educación, ni tu coeficiente intelectual, sino el círculo que te rodea. Un burro puede arrastrar un molino toda su vida, pensando que ha recorrido miles de kilómetros, pero en realidad siempre está dando vueltas en el mismo lugar. El verdadero benefactor no es quien te da dinero directamente, sino quien puede romper tu forma de pensar original, corregir tu perspectiva, elevar tu comprensión y tu nivel, y darte una nueva vida.