Dos hombres arrestados tras un apuñalamiento masivo en un tren de LNER en Huntingdon. Ataque a las 19:30, parada de emergencia a las 19:44. Varios pasajeros apuñalados, sangre en los suelos, pasajeros atrincherados en los baños. Un guardia en estado crítico. Tres ambulancias aéreas. Más de 30 oficiales armados. Un sospechoso taseado, uno disparado. Dos hombres, de veintitantos años, uno descrito por testigos como un hombre negro vestido completamente de negro, se levantaron en los vagones de clase estándar, produjeron grandes cuchillos de cocina y comenzaron una masacre metódica. Los pasajeros huyeron hacia los vestíbulos y baños, atrincherando las puertas. Un hombre colapsó en la Plataforma 1 de Huntingdon cuando el freno de emergencia se activó a las 19:44, jadeando "Tienen un cuchillo, me han apuñalado." Un guardia que intentó intervenir está en estado crítico. La Policía de Transporte Británica recibió la primera llamada al 999 a las 19:39. En menos de nueve minutos, más de treinta oficiales armados asaltaron el tren: se escucharon los tasers, un sospechoso cayó en el centro de la masa con un disparo de 9 mm. Ambos están bajo custodia en Parkside. Sin nombres, sin cargos, sin motivo—sin embargo, el patrón es inconfundible. Este es el tercer ataque masivo con cuchillo en suelo británico en noventa días: el asesinato de un niño en Southport, el asedio a la sinagoga de Manchester, ahora un tren de cercanías convertido en casa de la muerte. Los tres ejecutados en objetivos civiles blandos por individuos que nunca debieron poner un pie en estas islas. Inmigrantes en botes, quienes se quedan más tiempo del permitido, fabricadores de asilo, transportados a través del Canal a expensas del contribuyente. El patrón no es una coincidencia; es una certeza estadística, la inevitable cosecha de cuarenta años de dogma de puertas abiertas. Sin nombres, sin motivo, sin sorpresa. Tercer ataque masivo con cuchillo en noventa días. Todos en objetivos blandos ingleses. Todos provenientes de la tubería migratoria. Fronteras abiertas. Cuchillos aparentemente legales y fácilmente disponibles para esta escoria, y una vez más son los Nativos quienes están sangrando. REMIGRACIÓN REMIGRACIÓN REMIGRACIÓN