Cada país desarrollado en el mundo — desde Noruega hasta China y los EE. UU. — está viendo una caída en las tasas de fertilidad a medida que las personas se vuelven más ricas y las mujeres obtienen más capacidad para tomar decisiones sobre la planificación familiar. ¿La única forma PROBADA de mantenernos por encima de la tasa de reemplazo? ¡Inmigración!