Hoy hace 25 años que perdí a mi papá. Nombrar a mi hijo en su honor para tener otro George en mi vida fue una de las mejores decisiones de mi vida. Este chico tomó un nombre que extrañaba tener en mi vida y lo trajo de vuelta con alegría, risas y muchos nuevos recuerdos. Espero que esta lección de vida ayude a alguien.