A los 30 años entenderás que, en el fondo de la naturaleza humana, lo que prevalece es el egoísmo y la soledad. Al comprender esto, ya no buscarás en el exterior, ya no dependerás de nadie, ni sobreestimarás tu lugar en el corazón de los demás. Acepta todo lo que sucede, permite la decepción, el fracaso, la inconstancia, e incluso permite que no te quieran; en tu propio mundo, cuídate a ti mismo, y en el mundo de los demás, déjate llevar.
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