Las direcciones activas de Bitcoin han ido cayendo en picado desde que se lanzaron los ETFs de Bitcoin en enero de 2024. La ironía es obvia. Maxis pasó años suplicando a Wall Street que se lanzara a la acción, esperando que eso provocara una adopción masiva. Lo que realmente ocurrió: el retail perdió interés, los bitcoiners se lanzaron a los ETFs por el subidón inicial de FOMO, y luego se retiraron. Y lo curioso es que los ETF acaban con la premisa central de Bitcoin. No eres dueño del activo. Los bancos la controlan y controlan. Ese es exactamente el sistema que supuestamente Bitcoin fue diseñado para rechazar, pero la codicia siempre vence a la ideología.