Este tweet ilustra perfectamente cómo los llamamientos a la justicia social a menudo se utilizan para enmascarar políticas que promueven el poder corporativo y la explotación laboral. La consolidación del capital privado en la industria del esquí ha provocado que los costos para el consumidor se disparen, erosione las culturas de los centros turísticos locales y reemplace al personal local con mano de obra estacional de bajos salarios contratada a través del programa de visas J-1, un programa de "intercambio cultural" de no inmigrantes que en la práctica funciona como una fuente de mano de obra barata con una aplicación salarial mínima y exenciones de los impuestos FICA. Para ocultar esta podredumbre capitalista de amigos, @repPettersen enmarca el problema como un ataque a los "inmigrantes", que los titulares de visas J-1 no son, y ha optado por ponerse del lado de las firmas de capital privado.