Y sin embargo, la mayoría de Connecticut no puede imaginar que Last Selfie se haya vendido por 3,4 millones de dólares. Por cierto, he oído que el Klimt se vendió a un particular. Ahora bien, el precio no lo es todo, pero, damas y caballeros, no tenemos idea de lo altos que pueden llegar los precios del arte digital con el tiempo y la madurez del mercado.