Esta pregunta la sé perfectamente, y hay varias razones: Primera: En muchos países desarrollados, los conductores de taxi deben ser ciudadanos o al menos residentes permanentes del país, por lo que una gran cantidad de mano de obra extranjera no puede trabajar en este sector. Esta política en sí misma está destinada a proteger el empleo básico, pero también limita directamente la entrada de mano de obra joven. Después de todo, el taxi es un sector de bajo crecimiento y con pocas oportunidades de ascenso, lo que lo hace poco atractivo para los jóvenes. Una vez que la tasa de participación de los jóvenes de fuera disminuye, los puestos serán ocupados naturalmente por personas mayores con menos opciones de empleo. Segunda: La rentabilidad marginal del sector del taxi en los países desarrollados es muy baja, pero para los ancianos, su relación calidad-precio es justo la adecuada. Los jóvenes prefieren trabajos que sean mejor remunerados, más dignos o que ofrezcan más oportunidades de desarrollo, mientras que el taxi es una profesión típicamente estable pero con un techo bajo. Los ancianos no tienen presión de ascenso profesional, tienen menos cargas hipotecarias y más tiempo, por lo que están más dispuestos a intercambiar su tiempo libre por un flujo de efectivo estable y aceptable. Tercera: El sector del taxi exige más estabilidad, experiencia y control emocional, mientras que requiere muy poco en términos de fuerza física e innovación. Esto ha llevado a una preferencia estructural, donde cuanto mayor es la edad, más se ajusta a las expectativas del sector. Muchas empresas prefieren alquilar coches a conductores mayores, ya que los conductores ancianos tienen una tasa de accidentes baja, son estables emocionalmente, no cambian de trabajo con frecuencia, no especulan y no requieren mucha gestión. Por otro lado, los conductores jóvenes suelen ver el taxi como un trabajo transitorio, y una vez que encuentran una mejor oportunidad, se van, lo que naturalmente favorece que los adultos mayores se conviertan en la mayoría del sector. Cuarta: Los países desarrollados enfrentan un grave envejecimiento de la población, con un número relativamente menor de jóvenes y una proporción creciente de mano de obra anciana. Además, los ancianos, debido a la disparidad en las pensiones, la presión del poder adquisitivo, los costos médicos y los hábitos de consumo, tienden psicológica y económicamente a continuar en un modelo de trabajo semi-jubilado. El sector del taxi, que no tiene jefes, no discrimina por edad y no requiere compromisos a largo plazo, es una de las profesiones más adecuadas para que los ancianos continúen trabajando. Quinta: La aparición de plataformas de transporte como Uber y Grab ha atraído aún más a los conductores jóvenes. Si los jóvenes realmente quieren ser conductores, primero optan por plataformas de transporte que ofrecen mayor flexibilidad y menores barreras de entrada, en lugar de trabajar en taxis tradicionales. Especialmente ahora, hay más jóvenes que tienen coches, y es más fácil para ellos hacer trabajos a tiempo parcial, por lo que no ven la necesidad de dedicarse a tiempo completo al taxi. Por lo tanto, es normal que haya cada vez más ancianos en este sector. En un tiempo, estimo que no solo en el transporte por app, sino también en la entrega de comida, habrá más personas de mediana edad uniéndose.