Hace 17 años, el 31 de octubre de 2008, un simple correo electrónico, enviado a una lista de criptógrafos, anunciaba algo que cambiaría el mundo para siempre. El mundo estaba viviendo el colapso financiero de 2008. Los bancos quebraban, los gobiernos imprimían dinero y la confianza en el sistema alcanzaba su punto más bajo. Mientras tanto, un desarrollador anónimo proponía una alternativa: un dinero digital, fuera del control de bancos y Estados.