La sociedad occidental gastó 4 billones de dólares en energía eólica y solar desde 1999 hasta 2025—2.5 billones de dólares de ellos directamente de subsidios gubernamentales. Sin embargo, en 2024, solo proporcionaron el 2.5% de la energía global (incluyendo calefacción y transporte). Intermitente, caro y inútil para la energía de base en la industria pesada. ¿Para 2050, la factura de este fraude climático alimentado por ideologías? Un asombroso 178 billones de dólares.